Ese frío intenso le reconfortaba, le hacía sentirse vivo. No quería volver a casa, prefería quedarse en el banco acompañado del viento y sus pensamientos. Siguió ahí sentado durante horas recordando cada gesto y palabra perdida en el tiempo. Aún la quiero, pensaba. A pesar de todo, a pesar de tanto... Aún sigo viendo en ella lo que me hizo sentir que era ELLA y no otra.
¿Serán las imperfecciones lo que realmente nos hace únicos? ¿Son los defectos los que nos hacen ver en el otro a ese ser diferente al resto? Alguien me dijo una vez: "La perfección es el instante más sublime de la imperfección." No deberíamos olvidar esto jamás.